Protección contra la inflación del dinero fiat

En esta entrevista con Michael Saylor, CEO de MicroStrategy, explica por qué decidió poner casi todos los activos de su empresa en Bitcoin para protegerla de la inflación del dinero fiat.

Extracto traducido de una entrevista de Stephan Livera a Michael Saylor para el podcast Stephan Livera Podcast.

Stephan Livera:

Michael, realmente has estado iluminando el mundo de Bitcoin con las cosas que has hecho recientemente. Y ciertamente me pareció fascinante leer algunos de tus comentarios. Me encantaría escuchar un poco sobre tí y cómo llegaste a la posición en la que estás ahora.

Michael Saylor:

Bueno, fundé la empresa cuando tenía 24 años. Salimos a Bolsa en 1998. La empresa se fundó en el 89. A partir del octavo año, en el 89, fuí el CEO de la empresa, pero CEO de una compañía que cotiza en Bolsa desde el 98. En el transcurso de la última década, hemos dirigido la empresa de manera bastante conservadora. Así que acumulamos un montón de efectivo, que en algún momento llegó hasta los $700 millones. Normalmente lo guardábamos en la tesorería y casi todo mi enfoque corporativo estaba en el estado financiero y en el desarrollo del software. Y desarrollé muchos negocios de tecnología bajo el estandarte de MicroStrategy. Creé una empresa llamada angel.com, que era como Siri, como una respuesta de voz interactiva, o como Alexa, y hace unos 20 años, como en 1999, creé una empresa llamada alarm.com y con la que hice un spin-off y que ahora es una empresa multimillonaria. Es como un sistema de automatización del hogar conectado a Internet. Algo así como lo que hace todo el mundo ahora. Google Home, Apple Home, etc. Pero yo lo comencé en el 2000. Lancé una variedad de versiones de nuestro software principal, que es software de inteligencia empresarial (business intelligence). Y probablemente para 2010, nos centramos realmente en inteligencia empresarial, la inteligencia móvil y la inteligencia en la nube por igual. 

Y no le presté mucha atención a la macroeconomía hasta 2020. Y en 2020, una vez que se produjo la crisis pandémica, hicimos la transición a lo que llamo la ola virtual, donde hubo una desmaterialización masiva de productos y servicios, y a la forma en que operamos como negocio. Eso sucedió en cuestión de 12 semanas y ocupó todo nuestro tiempo. Y luego, mientras trabajábamos en eso, simplemente vimos un cambio masivo en la naturaleza de los activos y los valores de los activos. Y vi una explosión en valores de activos que se desvinculaban de la economía convencional. Y encontré que era tan discordante que me dió ansiedad por los más de 500 millones de dólares que teníamos en nuestra tesorería. Y me impulsó a la acción. Y esa fue la disposición de cómo me interesé en Bitcoin.

Stephan Livera:

Realmente  tuviste mucho éxito como emprendedor en tecnología, y luego, lo veo, te interesaste más en el aspecto económico. Y eso también fue parte de tu viaje de aprendizaje en este tema, ¿correcto?

Michael Saylor:

Sí. Quiero decir, como inversionista privado durante una década, hice inversiones en tecnología. Entonces, en el año 2012, publiqué un libro llamado The Mobile Wave (La ola móvil), que trataba sobre lo que sucede cuando el software salta de tu computadora a tu teléfono móvil. Y cuando todas las cosas con las que hemos vivido, estos productos y servicios, desmaterializan el software. Así que escribí sobre el impacto del dinero móvil en un teléfono móvil, la fotografía móvil, la música móvil, la música como software, o qué sucede si la identidad se convierte en software, qué sucede si la medicina se fusiona con el software y la educación se convierte en software. Así que siempre estuve muy interesado en la tecnología, pero mi punto de vista al respecto era, bueno,… vas a comprar [las acciones de] Apple, vas a comprar Amazon, vas a comprar Facebook. Vas, compras Google y compras 100 mil millones de dólares más una red digital.

Eso es desmaterializar algún producto o servicio o alguna de las esencias de la sociedad. Cómpralo cuando es 10 veces más grande que el segundo mayor competidor. Espera a que se vuelva 10 veces más grande que eso, mientras todos los pensadores convencionales te dicen por qué no funcionará. Y, por supuesto, esa ha sido una fórmula ganadora como inversor durante la última década. Es como disparar a un pez en el barril. Ya sabes, todo el mundo te dice que Amazon no funcionará, que no ganan dinero. Luego no entienden Google. No entienden Apple. Te dicen que Apple no funcionará. Te dicen, ya sabes, que HP, IBM, u algún otro gran software empresarial y que las empresas de hardware empresarial son apuestas más seguras. Y entonces entendí la idea de una red digital dominante en ese contexto. Por supuesto, no era consciente de la idea de que tal vez una criptomoneda como Bitcoin se convertiría en una red digital dominante que desmaterializaría el dinero.

Y eso es solo porque yo realmente no necesitaba resolver el problema. Yo era algo así como un poco complaciente, porque me creí la artimaña, que es que la inflación tal vez ha estado en un 2% o menos del 2%. Y pensé que sería bueno tener un rendimiento del 2% o 3% o un rendimiento del 5% sobre el dinero. Antes de la gran crisis financiera, obteníamos alrededor del 5,5% en dinero de un día para otro, ya sabes, así que 550 puntos base sobre nuestras reservas en efectivo, sin riesgo. Y luego, por supuesto, las tasas de interés comenzaron a inclinarse y bajaron, pero ya sabes, la esperanza es eterna. Siempre pensé, bueno, han sido reducidas. Tienen que volver a subir y eventualmente obtendremos buenos intereses sobre nuestro dinero.

Y realmente no pensé mucho en la expansión monetaria. Si hubiera sido más sensible a la macroeconomía, me habría dado cuenta de que la oferta monetaria se estaba expandiendo. Saifedean [Amous] diría que al 7% anual en un buen año, pero no me hizo click, porque yo era un inversor en tecnología, no un inversionista en macroeconomía. Entonces llega marzo del 2020, donde vemos esta sacudida (colapso del mercado de valores por la pandemia). Entonces veo que los precios de los bonos suben, cuando deberían bajar. Y veo que los precios de las acciones suben, cuando deberían estar bajando. Lo ví, y me di cuenta de lo poderosa que es la Reserva Federal (FED) y qué tan poderosa es la liquidez de la FED para determinar los precios de los activos. Muchas de mis creencias convencionales se hicieron añicos. Y eso me llevó a una reflexión en la que me di cuenta, de que tenía $500 millones que no iban a generar un interés del 5% algún día. Tenía $500 millones que iban a tener un rendimiento nominal de cero por mucho tiempo, al menos por cinco años. Entonces descubrí el rendimiento real. Ahí me di cuenta que el rendimiento real no es el rendimiento nominal menos el 2%. El rendimiento real es el rendimiento nominal multiplicado por el 20%, ¿verdad? Y ésta fue mi gran epifanía.

Lo que me horroriza es que empiezas a pensar en la idea de que podría haber comprado un bono en el año 2010, que me habría pagado un interés del 5% y podría haber obtenido $50,000 al año de un bono de $1 millón. Y en el año 2020 un bono que paga $50,000 al año en intereses, cuesta $10 millones. Eso significa que hubo una inflación del 1000% durante 10 años. Y si haces el cálculo del descuento al revés, resulta en una inflación del 22% anual, cada año durante 10 años en un activo del gobierno. En un simple bono clásico. Si me pongo a pensar en ello, me doy cuenta de lo idiota que he sido. Realmente podría haber obtenido un rendimiento del 22% cada año durante 10 años, comprando un bono a largo plazo. 

Esto me sorprendió, ¿sabes? Para un inversor en tecnología, es la decisión de inversión más terrible que se podría hacer. ¿Verdad? Así que terminé en esta extraña situación, donde aprendí a comprender los matices de una inflación como esa. ¿Sabes? Hay un viejo dicho en propaganda política, que incluso se ha estudiado y demostrado en grupos focales, que dice que no podemos decirle a la gente qué pensar, pero podemos decirles sobre lo que pensar. Entonces, cuando los medios de comunicación hablan de inflación, hablan de IPC (Índice de Precios al Consumidor) y todos asienten con la cabeza, y se preocupan por el anuncio del IPC. Pero, de hecho, el IPC es una medida arbitraria en la que se seleccionan productos de la canasta básica que no van a subir de precio, y a eso le llaman IPC.

Entonces, si realmente se hace una selección de todos los productos, servicios y activos del mundo que cualquiera pudiera comprar con el flujo de efectivo que genera al trabajar, entonces yo los distinguiría en cuatro categorías estándar y una categoría especial. En el primer rango, el objetivo es desinflar el precio de productos como videos, música, mapas, información, medicamentos genéricos y materias primas, cualquier bien fabricado, noticias y libros. Cualquier cosa que pueda desmaterializarse durante la ola móvil. Cualquier cosa que pueda estar en tu iPhone se está desinflando. O cualquier cosa que se haya desmaterializado a un iPad o una computadora, y cualquier cosa fabricada por un robot o en una gran fábrica, o cualquier cosa con un costo variable bajo y un costo fijo alto, como los chips de computadora, o cualquier cosa que se manufactura en cantidades enormes. Todo ésto está en deflación. Ahí no hay inflación.

La siguiente categoría tiene una inflación fija del 2%, e incluye la propiedad secundaria, es decir propiedad en los mercados secundarios. Por ejemplo, mano de obra no calificada, consumibles de marca, cosas que más o menos mantienen su valor, un 1% o 2% al año. Servicios gubernamentales, servicios regulados, etc… Y puede que no sea muy preciso aquí, pero es más o menos la idea de esta categoría. 

El tercer segmento es de lo que nadie habla. Un segmento en el que los precios suben entre un 6% y un 8% al año. Estos son productos de lujo, productos escasos, educación de élite, medicina de élite, servicios de élite, como una educación en la Ivy League o una buena atención médica. Lo sé porque yo fui al MIT. Me costaba $9,600 al año cuando fui allí hace 30 años. Y ahora cuesta $60,000 dólares al año. Entonces haciendo el cálculo, son 30 años subiendo por un factor de 5% o 6% anual. No es un 2%. Entonces aquí hay una expansión de oferta monetaria del 7%, calculo. 

Y por último, llego a la cuarta y última categoría, horriblemente dolorosa, en la que la inflación aumenta entre un 8% y un 24% anual. Aquí entran las acciones, el capital, la deuda, propiedad de primera, de lujo y el arte escaso. El S&P 500 está incluido aquí. Quiero decir, si miramos el índice de S&P subió de 1000 a 3500, durante 10 años. Eso muestra un poco a lo que me refiero. Y luego, si se mira esa letra del tesoro a 10 años de la que hablé antes, ahí la tasa es del 22% durante 10 años. Aquí se incluye: un ático en Nueva York o una casa en los Hamptons, o un acre de propiedad frente a la playa en el sur de Florida, cualquier cosa en Los Ángeles, Nueva York, Miami, San Francisco, Londres… Ya sabes, una casa en el medio del país en la que nadie quiere vivir, no va a subir un 8% al año, pero si estás en la milla mágica de Londres o en el centro de Central Park, ese tipo de propiedades se disparan por las nubes. Y esos son los activos escasos. 

Y, por supuesto, tengo una última categoría, que se infla más rápido que el 25%. Quieres adivinar cuál es?

Stephan Livera:

Bitcoin.

Michael Saylor:

Bitcoin. La puse especialmente para ti. ¿Sabes?, desearía haberlo descubierto antes. Todavía le doy vueltas a un estúpido tweet del 2013 en el que dije que Bitcoin iba a desaparecer. Hubiera querido pensar de manera diferente en 2013. Pero la gente se pregunta: ¿por qué esa cosa está subiendo tan rápido? Y tal vez una respuesta es que es el más escaso de todos los activos imaginables que enumeré antes. 

De repente, mi visión de la inflación se transformó: La inflación es un vector, la inflación no es una escala. Entonces, lo que tenemos es un mundo donde los economistas convencionales y los políticos se refieren a la inflación basada en la canasta del IPC. Lo hacen simplemente eligiendo cosas que se desinflan o cosas que están siendo fabricadas por robots e IA. Y nadie pone, por ejemplo, un título de Harvard, un bien escaso o un Picasso. Ni siquiera saben… ¿Qué es lo que todo el mundo quiere? Quieren trabajar duro, ganar suficiente dinero para no tener que volver a trabajar, y poder hacer lo que quieran con su vida. Llámalo una jubilación cómoda a una edad temprana. Entonces, si solía costar $2 millones obtener un bono que rindiera $100,000 al año, sin riesgo por tiempo ilimitado, ahora cuesta $20 millones. 

Entonces, ves que bromeo, ¿verdad? Es como si un Jedi engañara a la gente con control mental, diciendo: “esto no es un activo que quisieras comprar. No te preocupes por esto. No importa, porque esto no es algo para ti.” ¿Esto es para qué? ¿Para los banqueros ricos de Wall Street y sus comerciantes de bonos?

Stephan Livera:

Sí. Y esencialmente fuerza a las personas a tener que convertirse en algún tipo de inversionista profesional, o tener que pagar mucho dinero a un inversionista profesional en lugar de ahorrar, que es la forma tradicional. Así que supongo que eso también fue parte de tu viaje.

Michael Saylor:

Sí. Es muy decepcionante. Recuerdo que crecí en una era donde la vida era bastante simple. Recuerdo a Paul Volcker, cuando me gradué de la escuela secundaria. Paul Volcker era el jefe de la Reserva Federal. Y en algún momento parecía razonable poner tu dinero en una cuenta de ahorros bancaria y obtener un 6% de interés. Y no esperábamos ninguna inflación. ¿Verdad? Se decía en todo el mundo: “vamos a detener la inflación. Obtendrás un 6% de interés libre de riesgo.” Pones el 90% de tu dinero en la cuenta de ahorros, el último 10% lo pones en tu cuenta corriente, donde obtienes 0% de interés. Firmabas cheques. Y por cierto, eso es como poner tus ahorros en Bitcoin y mover el 5% de tu dinero a fiat (dinero fiduciario) para firmar tus cheques con el fiat en PayPal o Square Cash o Apple Pay o lo que vayas a usar y dejar el resto en tu cuenta de ahorros de Bitcoin y dejar que se acumule.

Ese era el mundo antes. Era una expectativa razonable que una persona pudiera trabajar muy duro, ahorrar su dinero, ponerlo en el banco y que el banco te diera intereses. En algún punto los bancos se rompieron y se volvieron defectuosos. Dejaron de hacer su trabajo, el de brindarte rendimiento sin riesgo.Ahora, hemos terminado en una situación en la que se espera que mi padre de 82 años se estudie el mercado de valores y elija las acciones que van a subir, como un analista de inversiones. Sólo para no perder los ahorros de toda su vida. 

Eso es lo que nuestra política monetaria le ha hecho a la base. Y la gente ha estado sometida a tantos golpes que no recuerdan que hubo un momento en que la tasa de interés libre de riesgo sobre el dinero a corto plazo era como del 5%. Y la tasa de interés libre de riesgo sobre el dinero a largo plazo era del 8%. La prima de riesgo si invertías en acciones era un 4% más. Y esperabas un 12 % sobre el capital, un 8% sobre el bono a largo plazo, y un 5% a corto plazo sobre la cuenta de ahorro y sin inflación. Ese era el contrato social. Obviamente no todos los años en los últimos cien, pero tal vez cuando llegué a la mayoría de edad, que fue durante la era de Volcker, donde me condicionaron a creer que podría obtener un rendimiento decente sin convertirme en un analista de inversiones o un especulador.

Traducido por Nicolás Gallardo Ortega

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